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"Mono no aware" y "mujō": la aceptación de lo efímero de la vida en la cultura japonesa

  • Foto del escritor: Fernanda Ossandón
    Fernanda Ossandón
  • 26 feb 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 14 mar 2024

"Mujō" y la transitoriedad de la vida


En la cultura japonesa, influenciada por el budismo, coexistiendo con su religión nativa el sintoísmo, se devela una fuerte aceptación por la transitoriedad[1] de la vida. Esa impermanencia [2] en la que vivimos, y su constante cambio es central en su percepción de la existencia, naturaleza y espiritualidad. El concepto que se utiliza para referirse a esta impermanencia es “mujō”.


El concepto de belleza existencial "Mono no aware"

 

Esta visión de constante cambio y movimiento, realza un término llamado “mono no aware”, que se ve expresado en la literatura, arte y vida cotidiana japonesa. Este es un concepto que apunta a una percepción de belleza. Refiriéndose a lo estético de la sensación agridulce, que se vive en las situaciones alegres pero a la vez tristes, a causa de la belleza efímera que traen aquellos momentos pasajeros de la vida.

 

Ambos conceptos pueden ser una puerta de invitación para vivir más el presente, profundizando el vivir la experiencia cotidiana de manera más contemplativa, valorando las profundas sensaciones que conlleva la aceptación de la transitoriedad e impermanencia de la vida.

 

"La muerte no se teme si la vida se ha vivido sabiamente" dice Buddha.

Las flores de cerezo y las hojas de otoño en Japón

Un ejemplo de la vida cotidiana japonesa y los conceptos de “mono no aware” y "mujō", es la contemplación en las distintas estaciones del año en Japón. Esto sucede principalmente en primavera, con el “O-hanami” que se traduce como la "contemplación de las flores de cerezo". Durante este período de un casi un par de semanas, las personas admiran los maravillosos "sakuras", como se conocen en japonés a las flores de cerezo, antes de que vuelen sus pétalos y termine la floración. De la misma manera en otoño, surge el "Momiji-gari", que se traduce como la "contemplación de las hojas otoñales", en ambas instancias se crean festivales, celebraciones, y un gran movimiento social y comunicacional entorno a estas, las cuales realzan el corazón del “mono no aware” que devela el alma de la cultura japonesa.





Un pedazo del alma literario japonés


Por otro lado, desde el ámbito de la literatura, les dejo un extracto escrito por Jun'ichirō Tanizaki (1886-1965), uno de los principales novelistas japoneses del siglo XX, donde creo que refleja la percepción de esta belleza agridulce de lo efímero:

 

“Cuando sostengo en el hueco de mi mano un cuenco de sopa, nada me resulta más agradable que la sensación de pesadez líquida, de vívida tibieza que experimenta mi palma. Es una impresión análoga a la que produce al tacto la carne elástica de un recién nacido.

Todas éstas son buenas razones para explicar por qué se sigue sirviendo hoy en día la sopa en un cuenco de laca, pues un recipiente de cerámica está muy lejos de dar satisfacciones comparables. Y sobre todo porque, en cuanto levantas la tapa el líquido encerrado en cerámica te revela inmediatamente su cuerpo y su color. En cambio, desde que destapas un cuenco de laca hasta que te lo llevas a la boca, experimentas el placer de contemplar en sus profundidades oscuras un líquido cuyo color apenas se distingue del color del continente y que se estanca, silencioso, en el fondo. Imposible discernir la naturaleza de lo que hay en las tinieblas del cuenco pero tu mano percibe una lenta oscilación fluida, una ligera exudación que cubre los bordes del cuenco y que dice que hay un vapor y el perfume que exhala dicho vapor ofrece un sutil anticipo del sabor del líquido antes de que te llene la boca. ¡Qué placer ese instante, qué diferente del que experimentas ante una sopa presentada en un plato plano y blancuzco de estilo occidental! No resulta muy exagerado afirmar que es un placer de naturaleza mística, con un ligero saborcillo zen.


Siempre que oigo el ruido semejante al canto de un insecto lejano, ese silbido ligero que perfora el oído, emitido por el cuenco de sopa que tengo ante mí, y saboreo por anticipado y en secreto el perfume del brebaje, me encuentro transportado al terreno del éxtasis. Se dice que los amantes del té, al oír el ruido del agua hirviendo, que a ellos les evoca el viento en los pinos, experimentan un arrebato parecido tal vez al que yo siento.” [3]


 ¿Qué te evoca este extracto? ¿Con qué te conecta?


"Mono no aware" y "mujō"

 

El profundizar en distintas perspectivas del mundo, enriquece y da forma a nuestra mirada auténtica de la vida, una que nos haga más sentido y nos permita vivir de una manera más coherente. Tomando en cuenta así la enseñanza japonesa que nos deja la profunda percepción y sensibilidad que tienen hacia la efímera naturaleza de la existencia, vista como una aceptación de “mujō”, y las profundas emociones que nos evocan esta aceptación, sentida en el corazón del “mono no aware”.


«Ninguna persona pisa dos veces el mismo río, porque no es el mismo río y él no es la misma persona». - Heráclito

 

¿Cómo podrías aplicar estos conceptos a tu vida cotidiana?

 

Para mí las fases de la luna, el cambio en el cuerpo, con células que mueren y se regeneran, las emociones y sentimientos que están de pasada, son parte de la expresión de la transitoriedad de la vida.


Y como primer paso para aplicar este concepto a mi vida cotidiana, me quedaré con experimentar con todos mis sentidos el olor del café en las mañanas, y la primera mirada por la ventana al comienzo de un nuevo día, conectada con las sensaciones de mi cuerpo y emociones que me evocan esas pequeñas alegrías cotidianas que nos invita también el encuentro con nuestro Ikigai, y la danza entre el "Mono no aware" y "mujō".


[1] adj. Pasajero, temporal. https://dle.rae.es/transitorio?m=form

[2] La impermanencia, del budismo ("anicca"), señala que todo cambia y nada dura para siempre. Sinónimos: transitoriedad, efimeridad.

[3]  Tanizaki, J. (1994). El elogio de la sombra. Siruela.

 

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